El futuro de la telefonía móvil en España, en manos del regulador


Artículo publicado en Lawyerpress.com

A lo largo de la semana pasada aparecieron en diferentes medios especializados noticias sobre un nuevo conflicto suscitado entre Ono y Movistar. El operador móvil virtual -el cual lleva un crecimiento espectacular en relación a las altas netas durante 2012- ha presentado ante la CMT (regulador en materia de telecomunicaciones en España) un conflicto sobre el contrato que le une junto a Movistar, para que éste le provea los servicios mayoristas de telefonía y banda ancha móvil. Lamentablemente, este no podría ser el único ni el último durante los próximos meses.

Es importante destacar que la regulación actual del mercado tiene su origen en el año 2006 con la aprobación, por parte de la CMT, de la Resolución por la que se aprobaba la definición y análisis del mercado de acceso y originación de llamadas en las redes públicas de telefonía móvil, la designación de los operadores con poder significativo de mercado y la imposición de obligaciones específicas. Este hecho provocó que se subsanasen barreras de entrada al mercado de la telefonía móvil y se fomentase la competencia, permitiendo que operadores que no disponían de derechos de uso del espectro, pudieran suministrar a sus clientes determinados servicios minoristas. Fue dicha regulación, y no otra, la que posibilitó la entrada de los llamados Operadores Móviles Virtuales (OMVs) dado que hasta la intervención regulatoria de la CMT los operadores con poder significativo en el mercado no facilitaban en modo alguno el acceso a sus redes.

Es un hecho que, desde las medidas propuestas por la CMT, se han producido cambios considerables en el mercado de la telefonía móvil en España, tanto en ofertas como en servicios, pero a día de hoy la realidad es bien distinta y siguen existiendo graves problemas de competencia que hacen necesario el mantenimiento de las actuales obligaciones, en aras a que el mercado no vuelva a convertirse en el oligopolio existente hace unos años.

Hace unos meses la CMT proponía suprimir las obligaciones existentes en el referido mercado (mercado 15). El propio regulador lanzaba el citado proyecto de medida, a pesar de los problemas de competencia que el propio documento reconocía que existían y los posibles problemas para la competencia sostenible en el mercado que podrían generarse en caso de producirse finalmente la supresión de las vigentes obligaciones regulatorias.

A día de hoy aún no tenemos una resolución al respecto de esta posible desregulación del mercado pero, si finalmente se lleva a cabo, pondría en serio peligro la viabilidad de los operadores móviles (sin red propia). En este sentido, el sector de las telecomunicaciones en España está viviendo una auténtica revolución hasta el punto que muchas voces dentro del sector apuntan a que estamos viviendo una “época de guerra de precios”, con el objetivo de no quedarse fuera del mercado.

A priori todas estas razones son buenas para el consumidor; “a mayor competencia, mejores tarifas, mejores servicios, etc..”, pero nada más lejos de la realidad. El problema que nos surge es que si los operadores con red no estuvieran obligados a alquilar la red a nuevos operadores (a un precio razonable), ésto provocaría la vuelta a un mercado oligopólico donde los tres operadores principales (Movistar, Vodafone y Orange) se repartirían su trozo del “pastel” ¿Os suena ésto de algo? A mí si.

A lo largo de los últimos meses el mercado ha evolucionado de manera no muy positiva para los operadores virtuales. Los operadores con red (salvo Vodafone que lo mantiene paralizado, aunque también lo había anunciado) han lanzado numerosas ofertas low cost a través de filiales o segunda marcas como Amena o Tuenti con el único objeto de atacar el nicho de mercado de los OMVs. Otra de las principales razones ha sido la proliferación en el mercado de las ofertas convergentes (fijo, móvil y ADSL) por las grandes operadoras, las cuales comercializan sus servicios combinando importantes subvenciones cruzadas tanto en la telefonía fija como en la telefonía móvil, prácticamente, “regalando” uno de los dos servicios.

Desde mi punto de vista, una posible desregularización del mercado de la telefonía móvil provocaría -como ocurre en otros países europeos- que se incrementasen los problemas de competencia, precios abusivos (recordar que hace no mucho tiempo teníamos los precios más caros de la UE), falta de innovación, etc.

Hay que concienciarse que la situación actual del mercado de la telefonía móvil en España es tal gracias a la aparición -no exenta de dificultad- de los OMVs a raíz de la regulación que llevó a cabo el regulador en el pasado. Es necesario que el regulador valore todas las cuestiones tales como conflictos de interconexión, aparición de ofertas convergentes, lanzamiento de ofertas low cost, aparición de nueva tecnologías como LTE o 4G, etc.. en aras a salvaguardar la competencia y el dinamismo en el mercado.

Si se mantiene la regulación, estaremos ante un mercado competitivo donde los usuarios saldríamos beneficiados y donde cada operador se esforzaría al máximo por ofrecer las mejores tarifas y los mejores servicios para diferenciarse de su competidor. Si por el contrario se suprime tal regulación, estaremos ante la desaparición paulatina de casi la totalidad de los OMVs existentes en la actualidad y provocaría la existencia de un mercado gobernado por los 3 grandes operadores, con el riesgo que ello supone para la competencia.

La CMT debe valorar de manera exhaustiva todos los motivos por los cuales se decidió regular el mercado en el pasado donde, a juicio del regulador, los operadores con red se aprovechaban de los clientes debido a su posición de dominancia colectiva.

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